La brecha estará contenida según BofA: sería del 20% para finales del 2024 con un dólar CCL en $2.640.
Para BofA, el Gobierno está implementando un plan de estabilización decisivo «que puede requerir una depreciación adicional del tipo de cambio».
Mientras que el Gobierno salió relativamente airoso del fracaso de quitar la pata fiscal de la Ley Ómnibus, con poco movimiento en el dólar y recorte de pérdidas para bonos y acciones, el rumbo del tipo de cambio sigue siendo una incógnita. El Banco Central, con cepo e importaciones pisadas, sigue comprando divisas.
Pero la inflación galopante hace que el dólar oficial (pisado) parezca una ficción hacia adelante. Tanto es así que Bank of America pronostica que el tipo de cambio oficial terminará este año en $2.200, un salto del 150% contra el valor actual.
Para los estrategas del banco estadounidense, uno de los más grandes de ese país, antes de que termine el primer trimestre ya Luis Caputo tendrá que ajustar: lo llevaría a $1.100. Para el segundo trimestre ven al dólar en $1.500; luego iría a $1.670 en el tercer trimestre para terminar en $2.200 a finales de año.
En medio de esto, la brecha estará contenida según BofA: sería del 20% para finales del 2024 con un dólar CCL en $2.640.
Para la entidad, el nuevo Gobierno está implementando un plan de estabilización decisivo «que puede requerir una depreciación adicional del tipo de cambio».
Esto estaría consensuado con el FMI quien, si bien avaló un plan de transición hasta abril, seguramente pedirá un ajuste más realista del dólar. En el mercado creen que la clave pasará por el nivel de inflación. Si cede y vuelve a estar en un dígito el ajuste del tipo de cambio será menor. Claro, siempre puede haber inconvenientes que haga más complejo el controlar los precios y el dólar.