El mercado laboral continúa mostrando signos de debilidad. Según el último informe de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), elaborado por el Ministerio de Capital Humano, las contrataciones de personal en mayo de 2024 registraron una notable disminución, ubicándose en su nivel más bajo desde la crisis de 2002.
La tasa de entrada, que mide la relación entre las nuevas incorporaciones y la dotación inicial, se situó en 1,4%, un valor considerablemente inferior a los niveles históricos. Esta tendencia a la baja se explica en gran medida por la desaceleración de la actividad económica, que ha llevado a las empresas a ser más cautelosas a la hora de tomar decisiones sobre sus plantillas.
Un futuro incierto
Las expectativas empresariales para los próximos tres meses tampoco son alentadoras. Si bien el porcentaje de empresas que prevé reducir su plantilla es similar al de aquellas que esperan aumentarla, lo cierto es que el panorama laboral se vislumbra como estático. Este escenario de incertidumbre se refleja en una tasa de expectativas netas de contratación que se sitúa en 0%, lo que indica una ausencia de dinamismo en el mercado laboral.
Las suspensiones vuelven a crecer
Por otro lado, el informe revela un leve incremento en el porcentaje de empleo suspendido, aunque los valores continúan siendo inferiores a los registrados durante el pico de la pandemia. Este aumento se explica en parte por la persistencia de la incertidumbre económica y por el deterioro de algunas actividades productivas.
Despidos a la baja
En cuanto a los despidos, la tasa se mantiene en niveles bajos, lo que sugiere que las empresas están optando por otras medidas para ajustar sus costos laborales, como las suspensiones o la reducción de horas trabajadas.