UP; no logró imponer en el Senado el tratamiento de la fórmula previsional aprobada en Diputados con 160 votos porque el radicalismo cerró filas con los libertarios y el PRO. Pese a la insistencia del formoseño José Mayans, Unión por la Patria fracasó rotundamente.
La estrategia de la UCR fue instrumentada por su presidente de bloque, Eduardo Vischi, quien propuso una moción de preferencia para que la reforma se trate, con o sin dictamen, en la próxima sesión, sin fecha precisa. Mayans y Juliana Di Tullio reclamaban que se fijara un día del calendario porque la falta de claridad, a su criterio, «dilataba» el tratamiento.
Mayans estalló de furia. Su interpretación era que la moción de Vischi, a quien llamó «presidente del bloque oficialista», se impuso por mayoría simple y no por dos tercios. Entonces, adujo, correspondía que se pasara a la votación de la moción del peronismo pero los radicales y los libertarios argumentaron que, según el artículo 146 en su inciso 2, los dos tercios aseguraban el tratamiento con o sin dictamen y la mayoría simple solo lo permitía si había dictamen.
La vicepresidenta Victoria Villarruel realizó dos movimientos convergentes para ahogar la posibilidad de que el kirchnerismo consiguiera el apoyo de la UCR, cuyos legisladores votaron a favor del proyecto en la Cámara Baja.
Por un lado, habilitó el tratamiento en el plenario de comisiones de Trabajo y Previsión Social y Presupuesto y Hacienda, desactivando con la apertura del debate la chance de que la oposición se uniera como en Diputados en el recinto. Y por otra parte, instruyó a Ezequiel Atauche para que anunciara que los libertarios desecharían el decreto de Javier Milei y elaborarían un nuevo proyecto, una maniobra que despertó la adhesión de los radicales, los federales y los macristas.